Una abdominoplastia es un procedimiento de cirugía estética mediante el cual se extrae el exceso de tejido graso y piel del abdomen para mejorar la apariencia de la parte inferior y superior del abdomen.
A menudo, como procedimiento simultáneo, los músculos abdominales se tensan en el momento de la operación para tensar aún más el abdomen y reparar la anatomía local. Además, un gran número de pacientes se beneficiarán de la liposucción localizada de las zonas abdominal superior y lateral para alisar aún más la barriga. El resultado general es mejorar la apariencia y el contorno de la zona abdominal en candidatos calificados.
La abdominoplastia típica se realiza en un quirófano bajo anestesia general, y suele durar de 2 a 3 horas, dependiendo de las necesidades de cada paciente. Hoy en día este procedimiento se realiza en la mayoría de los casos de forma ambulatoria, es decir, que el paciente acude al hospital (o centro de atención quirúrgica ambulatoria acreditado) por la mañana, se somete a una intervención quirúrgica y puede regresar a su casa el mismo día con todas las instrucciones de atención postoperatoria adecuadas y una cita para volver a ver al cirujano una semana más tarde.
Durante la operación el cirujano plástico hace una incisión transversal (de lado a lado) en la parte inferior del abdomen, justo encima del pubis. El exceso de piel y tejido graso se separa de los músculos subyacentes, se tira hacia abajo y se elimina el exceso. Como parte del procedimiento, el ombligo es protegido y reemplazado en su posición correcta al final de la cirugía. Si se observa que los músculos abdominales también están flojos, se reparan como parte integral del procedimiento.
Los candidatos apropiados para un procedimiento de cirugía estética de abdomen (abdominoplastia) son aquellos que se encuentran en un momento de su vida en el que notan un exceso de grasa abdominal y/o piel.
Esto se observa comúnmente en las mujeres después del embarazo (donde la piel se ha estirado y ha permanecido suelta), así como en las personas que han sufrido una pérdida significativa de peso, y para quienes el abdomen ahora permanece suelto. Además, dependiendo de la calidad individual de la piel de cada uno de nosotros, el paso del tiempo agota la sustancia elástica de la piel y puede llevar a una piel abdominal floja.